Os traigo una reseña de un libro que tenía muchas ganas de leer:
Título: Lola y el chico de al lado
Autora: Stephanie Perkins
Editorial: Plataforma Neo
ISBN: 978-84-15750-53-6
Páginas: 400
Para la diseñadora de moda en ciernes Lola Nolan, las prendas de ropa más llamativas, más brillantes, más divertidas, más salvajes, siempre son las mejores. A pesar de su estilo extravagante, Lola es una hija ejemplar y una buena amiga, y tiene grandes planes para el futuro. Todo en su vida parece bastante perfecto (incluso su guapísimo novio roquero) hasta que los gemelos Bell se mudan de nuevo a la casa de al lado.
Cricket Bell ha vuelto y quiere arreglar los problemas del pasado. Y Lola deberá reconocer sus verdaderos sentimientos hacia él.
Tenía serias dudas sobre este libro; por una parte tenía
muchas ganas de leerlo porque Un beso en París me había encantado, pero a la vez tenía miedo de que me decepcionara
al compararlo con éste (sé que las comparaciones pueden ser odiosas). Sin
embargo la cosa ha sido bien distinta:
Nos encontramos con Lola Nolan, una adolescente de
diecisiete años con una gran
personalidad que utiliza la moda para expresarla. Ella se encuentra a gusto
vistiendo con vestidos y ropa llamativa que ella misma confecciona,
conjuntándola con distintos tipos de pelucas, accesorios y maquillajes. Su vida
está llena de complicaciones: Tiene unos padres adoptivos bastantes estrictos,
Nathan y Andy ; su madre biológica Norah (hermana de Nathan) es una ex
drogadicta y alcohólica que no para de
tener problemas; y su novio Max, un cantante de rock con tatuajes que bebe y
fuma marihuana, y que además es cinco años mayor que ella, no es muy bien
recibido por su familia. Sin embargo, Lola quiere demostrar que están
equivocados y que Max es el adecuado.
Si hasta este momento
se podía considerar que todo estaba más o menos estable, su vida dará un vuelco
cuando en la casa de al lado se muden los nuevos y a la vez antiguos vecinos,
la familia Bell, trayendo a Lola todos aquellos recuerdos por los que durante
tanto tiempo había intentado luchar para pasar página. Cricket, el gemelo de
Calliope, será el que adquiera un gran protagonismo en esta historia, ya que
claro está, es el chico de al lado. Y es que…
¿quién ha dicho que el pasado sea fácil de olvidar, y más aún los
sentimientos?
Pero no todo tratará sobre ellos, sino que Anna y Étienne también ocuparán un lugar en
esta historia (gracias Stephanie Perkins).
Sí que he encontrado
semejanzas con Un beso en París, (que
en parte era lo que temía) pero en mi opinión la autora ha vuelto a hacer un gran
trabajo y no tiene por qué eclipsar un libro al otro.
Los personajes son lo que más me ha gustado, no son
perfectos, todos tienen sus defectos pero eso es lo que les hacen ellos mismos
y que sean realistas. Si Étienne me conquistó Cricket no se ha quedado atrás. Es
más tímido y algo ¿retraído?, en parte por su poca experiencia debido a la exigente
carrera de patinaje artístico de su gemela; pero muestra no sólo con palabras,
sino también con hechos, su gran corazón. Hay una parte en el libro en la que
le cuenta una historia a Lola que realmente me pareció preciosa.
En definitiva, es un libro en el que tiene cabida el amor y
la amistad, pero y que además diría yo que se podría sacar de ella, sobre todo
de Lola, una pequeña - o gran- moraleja y es
que siempre has de aceptarte tal y como eres, sin importar lo que los demás
puedan pensar o decir.
No me extiendo más, el resto dejo que lo descubráis
vosotros. Eso sí, no me voy sin poner
una cita que me gustó:
“Son las imperfecciones de una persona lo que la hace
perfecta para alguien más”- Cricket Bell.
¿Lo habéis leído? ¿Qué os ha parecido? ¿Sacáis alguna moraleja?